miércoles, 22 de junio de 2011

la vida cotidiana

En este aspecto, el término es adjudicado al historiador Flavio Biondo de Forlì, en su obra titulada Décadas de historia desde la decadencia del Imperio romano, publicada en 1438; con el término se quería destacar una parálisis del progreso, considerando que la edad Media fue un periodo de estancamiento cultural, ubicado cronológicamente entre la gloria de la antigüedad clásica y el renacimiento.
Ahora bien, ese estancamiento del desarrollo cultural ha sido relativo. Si por “desarrollo cultural” se interpreta la masificación de los valores humanos y su intercambio para el enriquecimiento de la diversidad de las experiencias humanas, es obvio que no lo hubo en este período, porque allí la sociedad se aisló en pequeños feudos que le brindaran protección y cierto grado de confort para la subsistencia humana.
En cambio, si por “desarrollo cultural” entendemos la profundización de cada cultura y su comprensión a grados superlativos, bien podemos afirmar que, la Edad Media fue un período de riquísimo desarrollo de culturas que, a título independiente, fueron escalando niveles de comprensión que harían posible, en las postrimerías del siglo XVI; el surgimiento de una tendencia de apertura de las ciencias y de las artes en un rigor excelso de brillantez.
Pero esa Edad Media, también tuvo su cotidianidad, su vida común, como entendemos hoy día la vida en las ciudades cosmopolitas.
En 1965 la editorial francesa Gallimard, publicó una extensa investigación de la rusa Zoé Oldenbourg (1916-2002), titulada “Les Croisades”, Las Cruzadas; en la cual, en su capítulo I, nos refiere una de las más gráficas descripciones de esa cotidianidad del medioevo.

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